15 diciembre 2006

ANDE, ANDE, ANDE...

¡¡Y se quedan tan tranquilos…!!


Desde hace 20 siglos nos presentan a nuestros ancestros como seres simples e ignorantes que profesaban creencias propias de paganos simples e ignorantes, … y la gente se queda tan ancha, henchida de soberbia y convencida por la fuerza de la repetición fanática, de que efectivamente: sus creencias actuales están muchisimo más evolucionadas que las de aquellas pobres y equivocadas gentes que nos precedieron.


La cosa viene a cuento de que de aquí a poco por tierras donde campa a sus anchas la ignorancia de cuño católico, grandes y chicos celebrarán las cristianas navidades.


En las prédicas absurdas de sus sacerdotes e iniciados tal celebración será calificada invariablemente de: “misterio de la navidad” al objeto de anular de entrada la aplicación de la lógica ante propuestas inverosímiles tales como hacer nacer sorprendentemente de una virgen al dios que les sirve para sojuzgar el sentido común de una multitud que siendo tratada de rebaño, docilmente se conformará con construir y admirar maquetas a escala del supuesto acontecimiento y en definitiva a comer, beber y hacerse regalos que es lo que el ser humano suele hacer con motivo de cualquier celebración.


Mucho antes que los cristianos, los pobres paganos por estas mismas fechas –y eso sí que es un misterio- celebraban un acontecimiento derivado del uso de la razón y de la observación de las leyes físicas que rigen los cuerpos celestes: el solsticio de invierno. El día más corto del año que propiciará un ciclo nuevo. Un año nuevo… y mucho antes que los cristianos, también comían, bebían y se hacían regalos.


No es casualidad que el dios cristiano venga a nacer todos los años por estas fechas aunque en dos mil años no haya dado señales de existencia… se hicieron coincidir fechas al objeto de facilitar una solapada transición que desembocara en una completa sustitución de algo cientifico por algo falsamente mirífico.


Cada fiesta católica enmascara y usurpa, pues, una razonable y lógica celebración festiva pagana basada en verdades tangibles, en cambio y por increible que parezca ningún cristiano o cristiana, desde su comoda ceguera, está dispuesto a reconocer que son más razonables esas demostrables revoluciones astrales que la increible preñez de una virgen.


Que lástima de esfuerzo derrochado en Stonehenge... en todo este tiempo transcurrido, lo único que hemos aprendido como Humanidad es a desarrollar una absurda capacidad para negar evidencias en detrimento de la sana verdad natural de las cosas.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Tenemos mucho que aprender de nuestros ancestros y de las antiguas religiones paganas,esas si que eran naturales y humanas.

Un saludo.