05 junio 2008

Ahoganse por el norte...


Miré los pantanos de la patria mía...

No diome por retener las fechas en la mollera, por ser algo que la mala costumbre hizo en mi natural, más ciertamente en algún lado leí que en una época bastante pasada -por ventura la de don Francisco de Quevedo creo- inventores, magos, nigromantes y pícaros de toda jaez hacían cola a las verjas de palacio esperando la oportunidad de una audiencia con el rey.

Venían tales desgraciados cargados de cartapacios, cartones y papelotes muchos, donde pretendían demostrar la viabilidad de cualquier barbaridad o locura; las mas de las veces con afán embaucador y las otras -me temo que de buena fé- con intención de contribuir sinceramente a la grandeza de la patría que en este caso también es la nuestra pues de España hablamos y aquí vivimos.

Así, como decía, cada cual con su locura y cada quién con su invención todos sin mengua venían a ofrecerse al rey para que éste les fiase en dineros, lo que a no dubdar dellos, había menester el país para su mejora y engrandecimiento delante de las demás naciones. Es de imaginar que picardías a aparte alguna honrada iniciativa, de tanto en tanto, delataba la asnal incapacidad de la autoridad a la hora de solucionar los problemas del reino y que entre milagros que iban desde la trasmutación del plomo en oro hasta la desecación del Mediterraneo para ampliar la huerta murciana alguna cosa de valor habría y enhoramala hemos perdido para siempre.

Y pesía tal que parece que en estos nuestros días del siglo veinte y uno aún hemos de acabar haciendo lo mismo en viendo la cantidad de ilustres imbéciles que nos gobiernan incapacitados para usar del sentido común a causa de unas servidumbres que a cualquier seso se le antojan a todas luces ajenas al servicio de las Españas.

Pongase por caso la cosa de las aguas. ¿Quien diantre, por el sol que calienta los panes, puede querer guardar para sí unas inundaciones y no dejar de encauzar las aguas sobrantes hacia donde más se las necesite siendo estas un bien común cada vez más escaso.?

¿Habrá a estas horas por ventura algún loco de plantón a la puertas de palacio cargado de pergaminos que expliquen el sueño de unas hidrovías que recorran las Españas de norte a sur, encauzando la sobreabundancia hidrica de pósito en pósito hasta desembocar porTarifa si alguna gota quedase.?

Tenemos visto que lo habitual es que los excelentisimos imbéciles se deshagan de los pobres locos pues no es gala ni adorno corriente entre los españoles que el bien común se anteponga al particular de cada cual salvo si nos tocan la honra, que a la sazón para los varones queda al lado del culo de las mujeres.

Vale.


(No puedo resistirme y lo pongo...)

Miré los muros 

Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

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