¡¡Compañero nos están tocando los cojones...!!Los ministros europeos de trabajo -en su mayoría de derechas- se aprestan a derribar uno de los históricos logros de la clase trabajadora en su lucha por la mejora de sus condiciones... hablamos de lo que se formuló en su día como «ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa»: la jornada de ocho horas.
Hagamos un silogismo fácil, de educación general básica, para explicar la trascendencia del las deliberaciones que efectuan los ministros europeos sin contar (¿paqué...?) con unas estúpidas marionetas laborales:
¿Alguien conoce algún trabajador a quien le hayan preguntado si le importa que le empeoren las condiciones laborales a mayor gloria de su jefe...? A mi tampoco.
Añadamosle a esto, las subidas de precios y las hipotecas a 50 años y tendremos el panorama completo: "avanzamos" sin remisión hacia las condiciones laborales del siglo XIX y nuestros hijos tendrán que entrar en las fábricas a los ocho años para pagar nuestras deudas.
Si en breve no estamos en la calle para que se bajen del burro empezaré a pensar que la clase obrera se está amariconando -con perdón de los gays- hasta el punto de dejarse dar por el culo sin rechistar, porque desde luego si se salen con la suya nos estaremos cagando directamente en todos nuestros muertos... en los que se dejaron el pellejo en el tajo, en las carceles o delante de un pelotón, para que sus descendientes -tu, yo y el otro- tuviesen mejores condiciones de vida.
Hagamos un silogismo fácil, de educación general básica, para explicar la trascendencia del las deliberaciones que efectuan los ministros europeos sin contar (¿paqué...?) con unas estúpidas marionetas laborales:
EL CAPITALISMO ESTÁ EN CRISIS ERGO HAY QUE JODER AL TRABAJADOR.
¿Alguien conoce algún trabajador a quien le hayan preguntado si le importa que le empeoren las condiciones laborales a mayor gloria de su jefe...? A mi tampoco.
Añadamosle a esto, las subidas de precios y las hipotecas a 50 años y tendremos el panorama completo: "avanzamos" sin remisión hacia las condiciones laborales del siglo XIX y nuestros hijos tendrán que entrar en las fábricas a los ocho años para pagar nuestras deudas.
Si en breve no estamos en la calle para que se bajen del burro empezaré a pensar que la clase obrera se está amariconando -con perdón de los gays- hasta el punto de dejarse dar por el culo sin rechistar, porque desde luego si se salen con la suya nos estaremos cagando directamente en todos nuestros muertos... en los que se dejaron el pellejo en el tajo, en las carceles o delante de un pelotón, para que sus descendientes -tu, yo y el otro- tuviesen mejores condiciones de vida.
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