De la serie "El Hombre y la Tierra" de Eliseo Reclús.
Queridos niños, de todos es conocida la relación simbiótica existente entre hormigas y pulgones en virtud de la cual las hormigas obtienen un jugo azucarado expulsado del abdomen de los propios pulgones, a cambio, las hormigas les ofrecen su "protección".
Se conocen especies de hormigas que incluso utilizan en provecho propio el moderno concepto de estabulación; estas introducen a los pulgones en sus hormigueros y los colocan directamente a trabajar sobre las raíces de las plantas.
Queridos niños... debemos analizar bien este sorprendente comportamiento, porque cuando en la simbiosis no existe un cierto equilibrio en el reparto de los beneficios obtenidos, estaremos hablando de otra cosa más fea que no puede conceptuarse como simbiósis.
Se conocen especies de hormigas que incluso utilizan en provecho propio el moderno concepto de estabulación; estas introducen a los pulgones en sus hormigueros y los colocan directamente a trabajar sobre las raíces de las plantas.
Queridos niños... debemos analizar bien este sorprendente comportamiento, porque cuando en la simbiosis no existe un cierto equilibrio en el reparto de los beneficios obtenidos, estaremos hablando de otra cosa más fea que no puede conceptuarse como simbiósis.
Efectivamente, el proxenetismo -ejercido en la calle o en el lupanar- no solo no es el oficio más antiguo del mundo sino que este innoble arte de la explotación del prójimo, como vemos, es parte indisoluble de comportamiento natural de otras especies -no solo de las laboriosas hormigas- y desde tiempos inmemoriales.
A la vista pues, de este sencillo ejemplo que nos ofrece la madre naturaleza y que nos sirve de introducción para una reflexión mas profunda, conviene que nos preguntemos sinceramente acerca de nuestras verdaderas relaciones con los demás; ya sean sentimentales, laborales o políticas.
Amados niños, este vuestro planeta azul necesitará de nuevas leyes que reglen -para empezar- el justo reparto de beneficios... no os dejeís engañar por la seguridad del hormiguero.
Amados niños, este vuestro planeta azul necesitará de nuevas leyes que reglen -para empezar- el justo reparto de beneficios... no os dejeís engañar por la seguridad del hormiguero.
¡ POR LA EMANCIPACIÓN DE LOS PULGONES.!
¡NI HORMIGAS, NI HORMIGONES.!
¡NI HORMIGAS, NI HORMIGONES.!
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