...Por desgracia, en nuestro entorno cercano -familia y amigos- no solo es difícil darse cuenta de la violencia de género -víctimas y verdugos suelen ser gente muy "discreta" escondiendo lo que son evidencias para todo el mundo- sino que en base al supuesto respeto que se le debe a la "soberanía individual" tampoco podemos hacer mucho a la hora de tratar con "adultos" que aparentemente están satisfechos con su nivel de miseria y degradación cotidianos y te invitan a salir de sus vidas privadas blandiendo tal respeto.
Parece que solo cuando la sangre llega al río nos tienta la osadía de meternos donde no nos llaman y damos pelos y señales de la vida de la víctima a una cámara ávida de oirnos decir que se veía venir... y que nadie hizo nada.
A pesar de los pesares, esa forzada "comprensión" -claro cariño que tienes derecho a no querer darte cuenta de que te está jodiendo la vida con tu consentimiento- tampoco me deja tranquilo el ánimo cuando al encender el televisor y poner las noticias, la violencia de los hombres hacia las mujeres -mayormente, ya que al contrario el índice es porcentualmente bastante inferior- me salta a la cara más de una vez al día.
Siendo una verdadera peste, por doquier mueren personas que eran -pobre Proudhon- "propiedad" de alguna otra, la violencia de género incomprensiblemente no sufre la censura oficial porque -pese a su gravedad- hace mucho bulto en el espacio de las noticias, distraen a la gente y eso no deja de ser bueno para el estado.
Y no obstante debería darles vergüenza porque la simple alusión a esa clase de "faits divers" con categoría de aquinopasanada, en resumidas cuentas es la enseña del fracaso de -entre otras cosas- la educación oficial y del culto a la propiedad.
Alguien debería explicar en la tele, en la escuela -aunque los obispos españoles se opongan- que hemos abolido la esclavitud porque al final entendimos que es un crimen contra la naturaleza humana, que las personas no tienen ni dios ni amo que tenga derecho a encadenar su libertad, que las opiniones diferentes se rebaten con lógica y nó con fuerza, que las personas tienen derecho a follar con quien les plazca aunque no nos plazca con quien follen. En definitiva que las personas se pertenecen a sí mismas y que no se puede ejercer derecho a la propiedad alguno con ellas por muy fuerte que sea nuestro instinto de posesión hacia ellas, que no hay que confundir unos sentimientos que te pueden llevar a matar creyendo erroneamente que es tuya la vida ajena.
De manera idiota hemos dejado y seguimos dejando en manos de la religión, de la mediocridad y de la estupidez de las castas reinantes la comprensión de nuestra humana naturaleza, y así , gracias a dios y a la omisión interesada carecemos de herramientas para comprender que a "nuestra" señora le apetezca largarse de casa porque se ha cansado de nosotros o follarse al carnicero sin dejar de admirarnos por nuestra inteligencia.
Los malos tratos son finalmente el estrepitoso fracaso de los Derechos Humanos y por consiguiente de la propia Humanidad en su carrera por despegarse de su animalidad atávica, son el fracaso de la Igualdad, de la Fraternidad y finalmente de la Libertad, que es lo único que poseemos de valor y en vera propiedad.
Siendo un tema que en primera instancia necesita de la propia y sincera reflexión y en segundo término de asistencia especializada solo diré -una verdad de Perogrullo- que no yá para un anarquista, sino para una persona que se tenga por tal- el Amor debe ser sinónimo de Libertad y no de cadenas, lo contrario es una triste paródia y un desperdicio.
No creo decir una tontería si escribo que Amor es querer lo mejor para el otro o la otra, así pues, desear la Libertad ajena y no oponerse a ella dejando a un lado nuestro egoísmo es un acto de amor como pocos y un ejercicio de humanidad incomparable.
Después de la toma de conciencia -si nos pesa más el dolor que la alegría está claro algo no funciona como debiera- no estará de más visitar a quien con su experiencia puede ayudarnos a ver más claro para recobrar de nuevo la propia estima que es herramienta indispensable para llegar a ser humano completo.
Con dolor e impotencia, un beso para A... que no quiere darse cuenta.
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