06 julio 2006

MAS CULTURA Y MENOS BASURA

Creo recordar que fue Larra quien gustaba de hablar en italiano con la sana pretensión de cambiarse las ideas y afrontar el mundo desde otra perpectiva. Y algo de razón tendría por que otros hablan catalán en la intimidad, imagino que con la misma intención.

Modestia aparte, servidor hace otro tanto, pero con la televisión. Veo la TV5 francesa como terapia para curarme la depresión que me produce el panorama televisivo español. Y esta sencilla práctica, aparte de refrescar mi francés, me confirma, además, que algunos listos me toman por imbecil.

No es posible ofrecer tal cantidad de basura sin una clara pretensión manipuladora por parte de los grupos que parten el bacalao en los medios de comunicación. Que no digo que los franceses no sufran este azote, pero la desvergüenza y el descaro que reinan por estos pagos serían intolerables entre los galos.

Cuando hablo del tema de la cultura en televisión con los compañeros de trabajo inmediatamente me ponen el ejemplo de la TV2 con sus políticamente inócuos documentales de animalitos. Con toda probabilidad se nos sugiere que debemos extrapolar esas sociedades animales que nos muestran para comprender la sociedad española. Debería leer mas a Desmond Morris.

Con las series de gran audiencia... lo siento, soy incapaz de quedarme enganchado a esas pobres sobreactuaciones, a esos decorados de mentira y a esa mania de iluminar con la misma cantidad de luxes un interior que un exterior. ¿Nadie se dá cuenta...?

Tambien tenemos programas de debate, me dicen y recuerdo algunos ejemplos en los que los temas "candentes" son tópicos manidos o trillados presentados como "cosa muy importante". En estas sensacionalistas muestras del arte patrio de la oratoria, la retórica y la lógica el moderador es un perfecto inutil pagado de sí mismo, incapaz de poner orden en unas intervenciones que por su corta duración están hechas para no dejar poso alguno en la audiencia. Y cuando no, el "conductor" del programa sabe mas del entrevistado que el propio invitado, con lo que nos quedamos con las ganas de oir un testimonio de primera mano por culpa de su afan de protagonismo. ¿De donde sacan a estos tipos...?

La cosa está ya definida entre otros por Chomski en cuanto al espejismo de libertad que proporciona el hecho de poder "hablar" o "tocar" temas previamente acotados. Algo así como la libertad de que disfrutan los indios dentro de sus reservas.

De qué nos sirve oir hablar de la prostitución o de la corrupción si los responsables directos no aparecen por el programa o las preguntas que les dirige el baboso de turno estan pactadas de antemano al objeto de no ponerlos en un aprieto.

Otra cosa a meditar es la politica de compartimentos estancos con las televisiones autonómicas. Alguien tiene miedo de que los madrileños veamos la Euskal Televista o los andaluces el Canal Nou. ¿Divide y vencerás...?

Lo alucinogéno es que en apariencia el truco funciona a la perfección. Nadie hecha de menos a los filósofos, a los pintores, a los escritores, a los músicos, etc... Todo el mundo parece contento viendo las mismas caras y ecuchando las mismas opiniones una y otra vez... hasta la nausea. (Es de referencia George Orwell)

Lo malo de embrutecer a la peña es que los listos corren el riesgo de perecer a manos de sus propias criaturas.

Mientras tanto, creo que mi francés ha mejorado tanto que a punto estoy de nacionalizarme gabacho.

Salut et à la prochaine...


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